La noticia la he oído por la
radio, esta mañana,
justo al levantarme. En el acto,
me ha invadido una profunda
desazón de pena y dolor.
Quien va a cantarnos aquellas
canciones con el sentimiento
que solo tu sabias transmitir?
Voy a echarte en falta vieja!
Tus baladas son dardos que van
derechos al alma. Hay en ellas
tanta pasión por la vida!
Una vida que tú apuraste al límite,
sin tabúes ni complejos,
la hipocresía no iba contigo.
Después de tu partida
solo una cosa se me ocurre,
escuchar de nuevo tus canciones,
es mi modesto pero sentido
homenaje —otra cosa no puedo
ofrecerte— mientras las oigo,
voy componiendo este sencillo
poema. Muy poco para lo que tu
merecerías. Pero estos versos me salen
de lo más profundo del alma,
querría que llegaran hasta ti
allá donde te encuentres y los
convirtieras en cadenciosas notas que se
fueran desprendiendo de las cuerdas
de tu guitarra. Si existe eso que
llaman cielo, cuando yo llegue
—ya no voy a demorarme demasiado—
te buscaré para seguir oyéndote.
Aquí, tu recuerdo me seguirá acompañando.
En el corazón de este puto y jodido
gringo viejo siempre habrá un hueco
para ti Chavela, grande entre
las más grandes pendejas
que tu bello país ha dado al mundo.
Descansa en paz vieja.
Pep López Badenas
5 de agosto del 2012
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